EMBARAZÁNDONOS

     Todos conocemos a una persona que ha decidido embarazarse, y acto seguido se embaraza casi de manera instantánea. Ese no fue para nada nuestro caso, para nosotros el proceso duró mucho más que nueve meses, desde que lo imaginamos hasta que finalmente se hizo realidad. 

Viviendo el proceso

Pensándolo bien, yo creo que todo empezó cuando tenía como 17 años y tuve que empezar a visitar doctores porque mis periodos menstruales eran muy dolorosos. Mi envidia, además de reservarse para las personas que comen y no engordan, era para esas mujeres con menstruaciones indoloras. Cuando empecé a buscar distintas opiniones profesionales; un doc dijo que era normal, otro dijo que podía ser ovarios poliquìsticos y otro hizo sus apuestas por endometriosis. Sin muchas certezas, a esa edad comencé con tratamientos de hormonas que me hicieron la vida un poquito más fácil.

Me acuerdo haber hecho lo que todos dicen que no hay que hacer; buscar en google (porque no existía tik tok)  los posibles diagnósticos y sus peores implicancias, siendo uno de ellos la infertilidad. Como una persona que quería ser madre, ese fue un temor que viví un poco y guardé para después (como si la vida adulta ya no tuviera suficientes razones de estrés), hasta que llegó el momento de comenzar a intentar y ahora si vivirme todo el temor. 


Con el tiempo, he descubierto, que hay infinitas cosas que pasan desde que uno decide ser madre hasta que finalmente se convierte en una. Yo quise resumirlo en 6 etapas, veámos si se identifican conmigo en alguna.


1. La decisición

Primero, y seguramente luego de varios intentos fallidos (y ya he escrito sobre eso), encuentras a la persona que se convertirá en el padre de tus hijos. 

En mi caso yo lo puse a prueba haciéndolo el padre de mis gatos, dos peludos con personalidades contrarias y extravagantes. Una que odia el mundo y es adicta a la calle aunque nunca ha salido, y otro que tiene un apego ansioso y es adicto a comer cosas que no son comida. En otro post quizás les cuente más sobre mis gathijos. 

La cosa es que, sin desviarnos del tema, encontré a la persona indicada con la que quería formar mi familia, y aunque dicen que nunca es el momento “perfecto” para tener hijos, encontramos un momento en el que nos sentimos preparados en términos psicológicos, emocionales y económicos (pensamiento agendado para otro post). Esta es una de las decisiones más importante de la vida, así que nosotros la conversamos muchas veces, y luego de cálculos y mucha fe, pusimos el plan en marcha. 


Les presento al del Apego ansioso

2. La espera

Para algunos la espera es cortita, y en otros casos Dios nos reconoce como personas ansiosas y prueba nuestra paciencia, para enseñarnos muchas cosas en el camino. Nosotros tuvimos que aprender bastante, entonces fueron meses en los que esperamos y esperamos. Como en todas las etapas, hay días más difíciles que otros, y con un diagnóstico de endometriosis ya confirmado hay días de optimismo y paciencia, y otros en los que quieres resignarte y aceptar que quizás ese momento nunca llegue. Creo que quienes hemos estado en este punto podemos entenderlo, ese sentimiento amargo al ver que se anuncian los bebés en camino de otras familias, en que te alegras por otras personas, pero hay una voz interna que te hace preguntarte si eso llegará para ti. Abrazo a toda persona que esté en esta etapa. Para mí fue liberador comprender que era algo que no se trataba de nosotros y nuestra preparación, que estaba fuera de nuestras manos y llegaría la respuesta en algún momento, aunque no siempre esa respuesta esté alineada con nuestros deseos.



En nuestros días de optimismo


3. La adversidad

Creo que todos pasamos por esta etapa de distinta forma, pero aunque en todos los casos se traduce en distintas circunstancias, yo lo definirìa como ese momento crítico en el que es difícil continuar o mantener la decisión inicial. Para mi con Eneivel, fue la llegada y partida de nuestro bebe estrella, un bebé que no alcanzó a llegar a este plano terrenal y que sentimos su pérdida durante la gestación. Es difícil resumir lo que fue este periodo para nosotros, y el dolor que se puede sentir posterior a una ilusión tan esperada. Personalmente para mi, fue un proceso profundamente desolador tanto física como emocionalmente, con tantas aristas dolorosas que cuesta enumerarlas. La falta de empatía del personal médico, la minimización del sentir y el periodo silencioso que se carga, en medio de comentarios en desconocimiento de la situación, son solo una parte de todo lo que se vive en la pérdida neonatal. Luego de lo vivido, la recuperación vino con el tiempo y la confianza puesta en algo mucho más grande que lo que pudiéramos entender; nuestra fe en que este plano terrenal es solo una parte de nuestra vida fue lo jque realmente nos dio el consuelo que necesitábamos. Pero aunque quisiéramos que fuera inmediato, ese consuelo solo vino con los días y las lágrimas. 



4. El momento

Luego de la tormenta, vino la calma, de una manera muy inesperada, llegó el arcoíris. Pasaron algunos otros meses, y dada nuestra pérdida, tuve que hacerme algunos exámenes para comprobar la recuperación de mi útero. Acudimos a una ecografía que era solamente de revisión, así que como es de costumbre en este tipo de procedimientos, entré sola mientras mi esposo esperaba afuera de la sala. No tenía ni un día de atraso, y como soy un reloj cronometrado (cuadrada hasta en el periodo), estaba a punto de que apareciera (según yo). Cuando el doctor me preguntó si tenía retraso, le respondí que no, que mi periodo comenzaba al día siguiente. Ahí me mostró en el monitor que no me llegaría nah, porque tenía una Eleonor de 3 semanas de gestación aprox. Salí de la sala flotando y Eneivel me dijo: cómo te fue? Todo bien?. Respondí en modo automático y dije si, y caminé en modo shock. Mientras bajábamos las escaleras hacia el estacionamiento mi mente seguía procesando y casi en un susurro le dije que estaba embarazada. Como él tampoco podía creerlo, me quitó las imágenes de la eco y lo vio por el mismo. Hubo silencio todo el camino hasta la casa, eran tantas emociones que no podíamos entenderlas.


La empezamos a conocer

5. La Cuenta regresiva

Si no lo han vivido, pueden imaginar lo esperanzador, y al mismo tiempo temeroso, que es un embarazo luego de una pérdida. Nuestro ginecólogo nos mandó a hacer una eco cada mes y nos invadía la ansiedad cada vez que estábamos a punto de recibir noticias. Sin embargo, Eleonor fue creciendo según lo esperado y nuestro miedo se fue disipando. Las nauseas y vómitos hasta los 7 meses fueron secundarios, todo parecía insignificante si pensabamos en tenerte, aunque no fue nada fácil. Además, mientras hacíamos la cuenta regresiva para esperarle recibimos nuestra casa, y eso si que es tema para otro post bien largo. La cuenta regresiva nos respiró en la nuca mientras hacíamos todos los arreglos necesarios para recibir a nuestra bebe. Lo bueno es que nos dio 40 semanas para prepararnos, así que al principio le hablábamos y le decíamos que aún no podía llegar, y luego tratábamos de convencerle de que ya llegara pronto, que ya estaba todo listo. 



Eleonor haciéndose esperar

6. La llegada

Puntualmente llegando a la fecha de parto, luego de 40 semanas y varias falsas alarmas, por fin la Eleonor dejó de hacerse esperar. Ya habíamos programado el parto, pero al parecer no le gustó la fecha, así que decidió salir el 24 de febrero a las 11:15.

Mi bebe arcoíris, después de tanto soñarla y esperarla, llegamos al Hospital con contracciones y trabajo de parto, pero todo dio un giro y tuvimos unos pocos minutos para reaccionar y caer en cuenta que estaba llegando en ese instante. El tiempo pasó a súper velocidad y en cámara lenta al mismo tiempo, y así ha sido desde que nos enteramos que estaba en mi vientre hasta ahora. 

Escribiendo esta parte me di cuenta que la historia de este día es larga y mucho texto, así que pronto escribiré lo que detalladamente pasó ese día tan esperado.


Minutos antes de la Cesárea

Ya ha pasado un mes desde que dimos por terminado estas etapas… y solo puedo pensar en los miles de sentimientos que ha significado, la transformación que ha significado para mi este proceso. 

Mi Eleonor, por fin puedo entender esa frase de “Nace un bebé, y con él nace una madre”. Desde que supe que estabas aquí mi vida fue cambiando, yo fui cambiando, y cuando naciste yo nací contigo; mi instinto, mi sobreprotección, mi temor a todo y mi amor infinito. Mi pequeñita, nunca había estado tan cansada y tan asustada, y nunca había amado tanto. Has crecido tanto en solo un mes, y siento que el tiempo pasa a súper velocidad, pero trato de vivirlo en cámara lenta para no perderme ni un segundo.

Mi Eleonor en su primer mes



S A L U 2





Comentarios

  1. Gracias por compartir esta historia 🩷 que emoción que haya podido llegar Eleonor a sus vidas 🌻💝

    ResponderEliminar
  2. 🥹😍me encanta los finales felices ❤️

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

CON GANAS DE SUSPIRAR PROFUNDO

AMOR EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

CUANTO PESA UN OSO POLAR? LO SUFICIENTE PARA ROMPER EL HIELO