TE ME CAISTE
Ayer me caí,
tal como tú te me caíste alguna vez (pero esa es otra historia), a este suceso
me refiero como algo literal, un tanto brígido, cuático, bélico y todos sus
derivados. Hace tiempo que no pasaba, y eso que, si hay algo para lo que soy
buena, además de para fracasar en los deportes, es para caerme (¿no es lo
mismo?). Pero, así como dicen que uno las paga todas juntas, yo las pagué ayer,
por todas las caídas que no había tenido (la de la semana pasada volviendo de
la fiesta de Ñuñoa no cuenta).
Antes de la casi caída la semana pasada
Como
estoy en modo cuenta regresiva mi mamá quiere sobreprotegerme más de lo que
siempre lo hace (como ese episodio en que Bob esponja no sale de su casa), la
cosa es que cuando llegó mi asignación misional ella dijo que no debía ir más a
fiestas, por su puesto yo no estuve de acuerdo, porque bailar alarga la vida y
me protege de ser amargada, además, uber es de lo más seguro (excepto esa vez
que ni yo ni él sabíamos cómo llegar a destino). Aun con toda la protección que
mi mami quiere darme, después de lo que pasó ayer, de seguro ella se siente más
convencida de que cuando las cosas pasan, pasan nomás, alado de ella o muy
lejos, porque el porrazo me lo di en mi misma casa, y me dejó más mal herida
que cualquier cosa que me haya pasado afuera en estos 3 meses.
Dentro de casa
Las
cosas se adaptaron para que pasara; el joaco pasó la aspiradora y dejo un
polvillo en la cerámica que hay entre el comedor y el hall, yo decidí no ir a
la fiesta de 5 de abril y me quedé en mi casa en pijama, mala combinación. El
polvo que dejó mi compa y las pantuflas que yo tenía puestas generaron la
desgracia, me resbalé y caí cual saco de papas, como diría mi mamá, sin brazos,
sin manos, sin reflejos, sin reacción, solo con un aterrizaje durísimo. En
verdad no exagero cuando digo que fue durísimo, prometo que pensé que me había
roto todos los dientes, porque azoté mi cara contra el suelo, tanto así que
hasta me costó llorar (y mis hermanos pensaron que me estaba riendo). Mi papá
se paró a ayudarme y yo no podía mover la cara del suelo, solo pude tocar mis
dientes, y mi corazón volvió a latir cuando sentí que no me faltaba ninguno, o
ningún pedazo.
Tenía
sangre en la mano y no sabía de donde venía, como que me rebané un poco un dedo
y no tengo idea ni cómo. Mi mama me sentó en el sillón y me miraba la cara, por
cómo me miraba yo me preguntaba si me había quebrado la nariz o había quedado
con una cara más abstracta. Ella me dijo que estaba toda hinchada y que mi
frente se veía muy mal, pero mi papá le dijo que yo ya era igual de fea antes
del incidente así que me sentí más tranquila. No tenía nada roto, aunque igual se
me podría haber arreglado la nariz, pero eso era pedir mucho.
Me recordó a esto
Hoy
me levanté y mi cara está igual de abstracta que siempre nomás, aun me duelen
en exceso los dientes y la nariz, pero afortunadamente no estoy morada, solo en
las rodillas, que las tengo molidas. Yo creo que mi mamá ya entendió que hay
cosas que no se pueden evitar, y que hubiera o no hubiera salido el viernes
pasado, igual no hubiera podido mover el brazo al otro día por el dolor de la
vacuna que me habían puesto, un reposo más, un reposo menos, no cambia nada
(Mamá, prometo que yo bailé sin mover ese brazo).
Y
esa fue mi caída, literal, por suerte, porque como lo mencioné arriba, hay
porrazos que dejan consecuencias peores que moretones. Apuesto que todos han
presenciado de esos tropezones que calan más hondo (sin llorar), situaciones en
las que encaja perfecto la expresión de “te me caíste”, y aunque es una frase
media flaite, no tiene remplazo. La vida está llena de “te me caíste” y les
dejo una lista de decepciones de aquel peso.
Situaciones en las
que usar el “te me caíste”
Cuando comete una falta de
ortografía imperdonable, dígase de las que hacen sangrar los ojos
Cuando repudia a tu mascota o dice
que odia a los de su especie
Cuando no acepta tu sopaipilla
suculenta del puestito en la calle o no le pone mostaza
Cuando no se interesa por lo que
hablas, por lo que escribes, por lo que haces, por lo que amas
Cuando dice que escogiste
estudiar Párvulo porque era una carrera tierna y maternal
Cuando entre su prudencia e
imprudencia no queda en nah o lo deja peor
Cuando no se sabes los temones de
Ozuna, como escápate conmigo
Cuando no ama el templo, como tú
lo amas
Cuando dice que si a todo o
escucha tu opinión, pero es como hablar con una pared
Cuando te trata de loca sicópata.
Conmigo no perrito
Cuando dice que le duele la
guata, pero se va a carretear
Cuando le dice mi amor a todas
sus amigas/amigos
Cuando dice que nunca ha
pololeado, pero ha pinchado hasta con tu gato
Cuando utiliza una excusa como
para hacer un meme
Cuando te anda pelando con gente
que ni te conoce
Cuando dice que no le gusta Bob
Esponja
Cuando no pide disculpas por
errores garrafales
Cuando pierde en el PES o en el
FIFA contra tus hermanos chicos
Cuando baila como Lucho Jara
Cuando le canta picky picky a
todas/todos
Cuando cree que todas las
indirectas son para él/ella
Cuando siempre tú tienes la
culpa, o la vida, pero nunca él/ella
Cuando utiliza frases sacadas de
google, tipo “no eres tú, soy yo”, “no hay química”, “no somos compatibles”,
“ojalá encuentres a alguien que te haga feliz”, “no estoy list@ para una
relación”.
Cuando da un paso pero retrocede,
no lo intenta o se resigna quedándose donde mismo
Cuando que sí, que no, que nunca
te decides, yo sé que tú me quieres y no me lo dices
Pucha, si
hiciste alguna de estas, es un buen momento para saber que te me caíste. Y si
te me caíste, es buen momento también para hablar ahora (dentro de los próximos
días) o callar para siempre (dentro del próximo año y medio).
Traten de no
caerse, ni literal ni figuradamente, y si se caen, tal cual como yo ayer,
asegúrense de no quedar más feos de lo que son, esa es mi hazaña rescatable en
este suceso.
Sigo igual de linda, tranquilein
Les dejo un temón de aquellos, la vida es imprecisa, déjate caer
S A L U 2
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